Gloria Estella Nupán Cañares

Bibliotecaria para la Paz durante 2017 en la vereda de La Carmelita en el municipio de Puerto Asís
del departamento de Putumayo, a cinco horas de la bilioteca pública que dirige desde hace 25 años,
la biblioteca Luis Carlos Galán Sarmiento, que está en la ciudad de la Hormiga
en el municipio de Valle del Guamuez del departamento de Putumayo.
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    Gloria nos cuenta:
    "Estudié Licenciatura en básica primaria con énfasis en derechos humanos; ocho semestres de psicología social y comunitaria con la universidad Nacional Abierta y a distancia; bibliotecaria por vocación y producto de los diferentes talleres y capacitaciones que desde la Biblioteca Nacional y el Ministerio de Cultura brindan a bibliotecarios pertenecientes a la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, conocimientos que han aportado para vincular a personas voluntarias en procesos de lectura a través de las cuales se fortalece el tejido social fragmentado por las diferentes problemáticas que azotan al municipio de Valle del Guamuez y al departamento Putumayo.
     
    Vinculada a la biblioteca Pública Luis Carlos Galán desde 1993, donde he tenido la oportunidad de trabajar con diferentes grupos poblacionales entre ellos, niños, jóvenes, adultos ubicados en zonas rurales y urbanas.
     
    El mayor objetivo como bibliotecaria ha sido fomentar el dialogo, el buen uso del tiempo libre, el autoaprendizaje y la sana convivencia entre la comunidad, a partir de la lectura de un libro, la observación de una película, la narración de historias y vivencias personales; Trabajo que no he realizado sóla, sino junto con el Grupo de Amigos de la Biblioteca (GAB) creado en el 2004, con quienes hemos liderado un programa de Radio, una Revista literaria y la extensión de los servicios bibliotecarios a las zonas más apartadas del casco urbano. Actualmente desde la biblioteca nos hemos enfocado en trabajar con primera infancia en zona rural.

Una nota sobre Gloria (Bibliotecaria en La Hormiga, Putumayo)



Biblioteca Luis Carlos Galán Sarmiento Valle del Guamuez, La Hormiga, Putumayo, ganadora del Premio Nacional de Bibliotecas 2014
Gloria ha construido paz desde los 16 años cuando se fue al colegio desde la casa de sus padres situada en una vereda del Valle de Guamuez, cansada del asedio que le producía estar en medio de la guerrilla, los paramilitares y el ejército. Al colegio fue por las noches ya que de día trabajaba en la casa de un amigo de su papá que se convirtió en el alcalde del pueblo y la nombró a ella regenta de un salón en donde se encontraba lo que entonces llamaban "la biblioteca".
 
En esa "biblioteca" desde 1993 aprendió a ser bibliotecaria profesional de forma autogestionada, siguiendo primero sus intuiciones y aprovechando luego todo tipo de apoyo de capacitación desde el Ministerio de Cultura, sobre todo a partir de 1997 cuando la "biblioteca" se convirtió en la biblioteca Luis Carlos Galán Sarmiento. Para 2004 cuando la biblioteca ya sobrepasaba los 5000 libros (1 libro por cada 10 habitantes) y los 200 usuarios diarios, la biblioteca se integró en la Red Nacional de Bibliotecas Públicas. Debido a la llegada del internet [y de los paramilitares] esos 200 usuarios se redujeron a 70. Fue en este momento que decididó llevar la biblioteca a las veredas (18 para 2004) en donde las visitas mensuales se convirtieron en verdaderos acontecimientos culturales para las pequeñas comunidades.
 
Su labor no solo ha sido estar entre libros, sino la de promover la paz a través del diálogo y la sana convivencia entre la comunidad a partir del libro.
 
"Retrocediendo a la época en que yo vivía allá …" dice Jorge Andrés Cancimance, un joven de 27 años, miembro del Grupo Amigos de la Biblioteca y profesor de antropología en la Universidad Nacional de Colombia -" recuerdo que las posibilidades que me ofrecía el contexto eran ser guerrillero o ser paramilitar. Pero cuando fui usuario de la biblioteca siendo niño, los cuentos y las lecturas me incentivaron a buscar la posibilidad de estudiar en Bogotá y así lo hice".
 
Para sobreponerse a las vicisitudes del conflicto (se vieron obligados a disminuir muchos servicios debido al control paramilitar en esa zona del 'bloque sur' de la Casa Castaño entre 2000-2005) tuvieron que experimentar con nuevas estrategias, como la de crear el Grupo de Amigos de la Biblioteca en 2004, fundar la revista Katharsis (concebida como un espacio en el que las personas pudieran expresar "cosas que el conflicto armado no les permitía" y que los paramilitares ignoraron desde el principio por no ser "peligrosa") o fundar el programa radial "El Hormiguero" donde se trasmitían programas culturales para promover la lectura.
 
Había que ganarle espacio a la guerra facilitando alternativas (ciclos de cine foro, desarrollar tertulias literarias, abrir convocatorias de cuentos en torno a la vida en el municipio o contar con la posibilidad de tener un programa radial dedicado a la música, el radio teatro o la poesía); alternativas especialmente dirigidas a los niños y jóvenes sin llamar la atención para sobrevivir a los años del plomo.
 
En 2014 su labor y la de todo su equipo junto al Grupo de Amigos fué reconocida al recibir el prestigioso premio Nacional de Bibliotecas Públicas Daniel Samper Ortega en su primera convocatoria. Gloria fue a su vez incluida entre las 100 mujeres más influyentes y transformadoras de Colombia.
 
Toda esta labor contribuyó a que Gloria fuera invitada a finales del 2016, a participar en el proyecto de Bibliotecas para la Paz para lo que tomó una excedencia de un año en sus funciones como bibliotecaria en la Hormiga y así, centrarse en la difusión de este proyecto por tierras del Putumayo.
 
Su Biblioteca Móvil para la Paz desplegada cerca de la Zona Veredal Transitoria de Normalización (ZVTN) de La Carmelita en Puerto Asís, Putumayo, fue la primera en ser desplegada. Para remarcar la importancia de este proyecto, el entonces presidente Juan Manuel Santos dignificó el evento con su visita y escuchó el informe de Gloria en donde entre otras cosas narraba uno de los sueños que tenía desde la más tierna juventud: "Siempre el sueño es que antes de que pase por nuestras casas, por nuestras veredas, por nuestras fincas un hombre armado, que sea una persona con libros."
¡¡¡Que así sea y que dure!!!
 
Este texto está entresacado de los siguientes artículos:


Llegando a La Carmelita: Los ex-guerrilleros...

Y los bibliotecarios...

"La biblioteca es una institución revolucionaria porque te ayuda a pensar diferente, en lo que quieres pensar y como lo quieres pensar. Te ayuda a armar tu mundo como quieras –dijo Gloria Stella–. Por eso les dije en el campamento: “Hagamos la revolución, pero con la cabeza, ahora que ustedes están de este lado.”
–Revista Arcadia, 17 de abril de 2018

¿Dónde queda La Carmelita?

La vereda La Carmelita está ubicada en el municipio de Puerto Asís en el departamento de Putumayo. En 2016 esta vereda se convirtió en una de las 23 zonas veredales que sirvieron para la concentración y entrega de armas de las Farc y que hoy son Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación. Durante el otoño del 2017 fue Puerto de Asís una de las primeras municipalidades del país donde se empieza a repartir títulos de propiedad de tierras a campesinos del Putumayo, Este reparto fue una medida incentivadora para que los campesinos, quienes después de muchos años de cultivar coca, decidieran volver a la legalidad sembrando cultivos legales como cacao, caña, yuca y pimienta. Según fuentes gubernamentales para finales del 2017 se repartieron en el Putumayo cerca de 400 títulos de propiedad.

El trabajo en la Vereda de La Carmelita

La Biblioteca Móvil en la Carmelita se instaló en un edificio del centro de la Vereda que los habitantes utilizan para sus eventos sociales. Allí convivieron durante un año con los habitantes de la vereda donde se organizaron talleres de escritura, se promoción la lectura entre los niños jóvenes y adultos. Se hicieron talleres de fotografía, ciclos de cine, talleres de computadoras. Se insertaron en la comunidad campañas diseñadas a nivel nacional de apoyo y que encontraron un gran eco entre los usuarios de la Biblioteca de la Carmelita. Ejemplos significativos de estas campañas fueron "Paz al Bosque", donde la Biblioteca Nacional de Colombia y el Instituto Caro y Cuervo unieron esfuerzos durante 2018 para promover el cambio social a través de la escritura creativa. La campaña "Libros, Color y Selva", que además de libros para las bibliotecas, esta campaña ayudo en la primavera del 2018 a promover la lectura entre los más jóvenes a través del cuento y la poesía.

Lo más importante de todo es que todas estas actividades culturales ayudaron a promover el diálogo … a escuchar y sobre todo a hablar. Y es bien conocido que la palabra bien ejercida ayuda a sanar.

Algo sobresaliente en la gestión de todas las Bibliotecas Públicas Móviles para la Paz es su capacidad para crear grupos locales de apoyo. Son todos "Los Grupos de Amigos" que ayudan a mantener viva la Biblioteca en la comunidad. Los usuarios de la biblioteca de la Carmelita tuvieron, después de todo buena suerte, ya que por razones "burocráticas" Gloria tuvo que dejar la dirección de esta biblioteca tras cuatro meses de intensa labor desde su comienzo en febrero del 2017. La buena suerte que ayudo a mitigar su cese es que a partir de ese momento del 2017, Gloria fue una de las personas más activas del Grupo de Amigos de esta biblioteca, ayudando a extender estos servicios bibliotecarios por las veredas de Putumayo en la campaña nacional del 2018 llamada "Bibliotecas Públicas por las Veredas y Caminos de la Paz." Y la biblioteca de La Carmelita paso a ser dirigida por Luis Alberto Narváez, otro de los bibliotecarios por la Paz de este proyecto.


Un buen ejemplo del por qué de todo esto:

"Jaime es el nombre de guerra de un excombatiente. Es un indígena del Putumayo de unos 45 años. Entró a las Farc cuando tenía 28 años y jamás volvió a ver a sus padres por estar en el monte. A todas luces se le nota la dicha de estar en el camino que conduce a ser parte de la sociedad civil.
 
Cuando se encuentra con Gloria Stella no puede evitar sonrojarse un poco. La admiración que siente por la profe Stella, como le dice, se traduce en una vergüenza respetuosa.
 
Dice que hace unos días recibió la visita de su madre. Que la viejita no paraba de llorar cuando lo vio, y que él no sabía cómo consolarla. Hasta que se le ocurrió decirle que todo iba a salir bien porque estaba aprendiendo a leer. Su madre quedó atónita. Pablo ya deletrea y es feliz al hacerlo.
Ca-da-pa-la-bra-que-lee-es-un-mun-do-que-co-mien-za-pa-ra-Él.
De este tipo de milagros se trata todo.

Incluido en el el articulo

  • Cristian Valencia, Crónica: una bibliotecaria en el Putumayo". Revista Arcadia.17 de abril 2018
     
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